Ahorro Energético VFD + Sensores que Pagan el Sistema

Ahorro Energético: VFD + Sensores que Pagan el Sistema

En muchas plantas mexicanas, los ventiladores industriales operan todo el día a la misma velocidad, aunque la producción baje. Con un enfoque de ahorro energético VFD más sensores inteligentes, ese desperdicio de energía se convierte en flujo de efectivo que ayuda a pagar el sistema.

Sistema de ventilación general industrial MCAT con extractores y renovación de aire en nave de producción.
Ventilador centrífugo en azotea con campana de descarga y ductería metálica

El problema: ventilación a “fondo” todo el día

Cuando los extractores y ventiladores trabajan a velocidad fija, suelen estar sobredimensionados para cubrir los peores escenarios de calor o contaminantes. El resultado: consumo eléctrico elevado, golpes de torque al arrancar y cero capacidad para adaptarse a cambios de turnos, clima o carga térmica.

Más allá del recibo de luz, la operación sin control genera vibraciones, desgaste prematuro y paros no planeados. También complica cumplir objetivos de eficiencia energética o metas ESG cuando el sistema de ventilación no se puede medir ni ajustar.

¿Qué hace un VFD en la ventilación industrial?

El variador de frecuencia (VFD) controla la velocidad del motor del ventilador. Al reducir sólo un 20 % la velocidad, el consumo puede bajar hasta cerca de un 50 %, gracias a la ley del cubo. Eso se traduce en ahorros importantes sin cambiar la infraestructura principal de ductos.

Menos picos, más vida útil

La exposición a calor excesivo causa agotamiento, deshidratación y distracción. Mantener condiciones confortables previene incidentes y promueve seguridad ocupacional.

Velocidad según la demanda real

Con un VFD, el sistema responde a lo que realmente pasa en la nave: más extracción cuando sube la temperatura o la producción, menos cuando el proceso baja. Así, el ahorro energético VFD no es teórico, se ve en kWh medidos y en una curva de carga mucho más plana.

¿En cuánto tiempo se paga el sistema?

En muchos casos, los proyectos bien diseñados logran reducciones de 25–40 % en el consumo del sistema de ventilación. Dependiendo del tamaño de la planta y el horario de operación, el retorno de inversión puede ubicarse entre 18 y 36 meses, con beneficios que se siguen acumulando año tras año.
Fabricación de caja plenum galvanizada para ventilación industrial en taller MCAT

Conclusión

Antes de invertir, conviene medir perfiles de carga, horas pico, temperaturas y puntos de extracción. Con esos datos, un equipo especializado puede proponer la combinación ideal de VFD, sensores y ajustes al sistema existente.

En MCAT te ayudamos a convertir tu ventilación industrial en un aliado de la eficiencia.

 

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